El cáncer de mama metastásico es una enfermedad no curable pero puede ser tratada a lo largo del tiempo. Los avances de los últimos 20 años en los tratamientos han propiciado esta nueva realidad.

El cáncer de mama es el tumor más frecuente entre las mujeres en los países desarrollados. En nuestro país se estima que 27.747 mujeres fueron diagnosticadas de cáncer de mama en el 2015.Aunque es uno de los tumores con mayor supervivencia (82,8% en España) debido principalmente a los avances en la detección pre- coz y los tratamientos, aproximadamente el 6% presenta enfermedad metastásica en el diagnóstico y un 20% de las pacientes inicialmente diagnosticadas en estadio regional desarrollará metástasis

Actualmente, el tratamiento de cáncer de mama metastásico ofrece un amplio rango de opciones que incluyen la quimioterapia, el tratamiento hormonal, las terapias con anticuerpos, entre otros, y las medidas de apoyo. Si bien es una enfermedad tratable pero no curable, esta diversidad de terapias ha contribuido de forma muy significativa en la mejora del pronóstico para una parte relevante de las pacientes con enfermedad metastásica.

Estos avances son una buena noticia dada la mejora de la supervivencia y calidad de vida de las mujeres con cáncer de mama avanzado, aunque también deben considerarse las necesidades específicas de estas pacientes. La convivencia con la enfermedad y los tratamientos continuos o intermitentes suponen un desafío para su integración en el desarrollo biográfico personal, con periodos de especial vulnerabilidad, como es el propio diagnóstico de enfermedad avanzada o los efectos secundarios de mayor impacto. Por tratarse de uno de los tumores de mayor curación entre los adultos, las pacientes con cáncer de mama metastásico pueden experimentar, además, aislamiento.

El nuevo escenario que supone el tratamiento del cáncer de mama metastásico, pone en perspectiva la necesidad de analizar esta situación y desarrollar una atención sanitaria que responda al conjunto de necesidades específicas de las pacientes.

Diagnóstico

El diagnóstico de cáncer de mama metastásico es, sin duda, un gran impacto en la vida de las pacientes, más aún cuando este tipo de cáncer presenta comparativamente una elevada supervivencia. En este punto cabe considerar las diferentes experiencias entre las pacientes cuyo diagnóstico inicial ya es metastásico y las pacientes que con el tiempo recidivan.

Estas últimas, dadas sus expectativas de curación, especialmente cuando llevan varios años libres de enfermedad, suelen requerir mayor tiempo de asimilación. La visión de los profesionales reafirma este hecho, dado que las pacientes siguieron sus tratamientos, «superaron» la enfermedad y la reaparición supone el retorno a la anterior fase aguda con el añadido de la amenaza vital que supone la metástasis. Dar este diagnóstico es un escenario siempre difícil de manejar por parte del médico, especialmente en los casos que no presentan síntomas previos relacionados.

Las pacientes que debutan con metástasis experimentan amenaza vital desde el primer momento; es una situación descrita como «muy dura», teniendo en cuen- ta que no existe una experiencia previa. En ambos casos, una de las primeras emociones es la rabia. De hecho, a menudo expresan que asumen su condición de enfermas a lo largo del tiempo y cuando ya están en tratamiento.

Tratamiento: la expectativa permanente

El tratamiento farmacológico del cáncer de mama metastásico incluye diversas líneas terapéuticas, según el tipo de tumor, el estadio de la enfermedad y la situación clínica de la paciente.

Las expectativas y la esperanza de las pacientes pasan por mantener tratamiento activo de forma continua, lo que está íntimamente relacionado con la aparición de nuevos fármacos capaces de detener la progresión de la enfermedad. Las pacientes no son en ningún caso ajenas a la constante innovación que caracteriza el mercado de fármacos en cáncer. Muestra de su rol activo ante ello es el cambio percibido por los profesionales en relación con los ensayos clínicos. Si bien hace quince o veinte años los ensayos eran sinónimo de experimentación en ausencia de un beneficio claro para las personas, actualmente estas pacientes preguntan por la disponibilidad de ensayos para su situación de salud, a veces incluso fuera de su propio centro.

El querer tener las mismas oportunidades de tratamiento a veces lleva a las pacientes a hacer un sobreesfuerzo comunicativo con el médico con el fin de que «no se relaje y abandone el caso», es decir, que estén al día de las innovacio- nes y para que las pacientes puedan beneficiarse de ello. Un ejemplo es la expectación sobre las novedades terapéuticas por las cuales preguntan tras el regreso de sus médicos de los congresos internacionales. En el fondo subyace el objetivo de cronificar la enfermedad.

Es precisamente en este contexto de administración continua de trata-mientos, en ensayo clínico o no, en el que algunos médicos señalan la necesidad de saber parar y comunicar a las pacientes que el mayor beneficio no es una nueva línea de tratamiento, sino una atención centrada en la calidad de vida

Fuente: Estudio FECMA cáncer de mama