Un estudio de la Clínica Universidad de Navarra ha comprobado “los buenos resultados”, según la propia clínica, del implante de catéteres durante la cirugía conservadora del cáncer de mama, para administrar irradiación parcial acelerada con braquiterapia (radioterapia interna de alta tasa) en solo cinco días, frente a las 4-6 semanas de la radioterapia externa convencional.

“Además, el hecho de aprovechar la misma cirugía conservadora de la mama para implantar los catéteres necesarios para la braquiterapia aporta una eficacia equiparable a la del tratamiento convencional, pero con un mayor beneficio logístico (al reducir considerablemente la duración del tratamiento), y mejor aprovechamiento de la radiación”, apunta la clínica.

Hasta la fecha, la Clínica afirma que se han tratado más de 150 pacientes con esta técnica, “representando el estudio más robusto con este tipo de procedimiento intraoperatorio mínimamente invasivo que se ha publicado en la literatura científica internacional”.

Según detalla el especialista en Oncología Radioterápica de la Clínica Universidad de Navarra y autor principal del artículo, el doctor Mauricio Cambeiro, en esta primera fase del programa, “hemos evaluado la experiencia institucional de un implante intraoperatorio de catéteres mínimamente invasivo para administrar braquiterapia durante el postoperatorio. Su aplicación va dirigida a pacientes con tumores de mama de buen pronóstico”.

El paciente idóneo

No obstante, la idoneidad de la paciente para aplicarle la braquiterapia se conoce una vez se tienen los resultados del estudio anatomopatológico del tumor, explica el oncólogo. Por lo tanto, advierte, “el programa consiste en identificar a la paciente candidata antes de la cirugía según los criterios mencionados. Una vez identificada, se le propone la opción de aprovechar la cirugía para realizar un implante mínimamente invasivo de los catéteres en la zona de mayor riesgo de reaparición del tumor y administrar sobre ella la braquiterapia o radiación interna”, describe el especialista.

Según Clínica Universidad de Navarra, este programa exige una coordinación máxima entre cirujanos, oncólogos radioterápicos y anatomopatólogos “lo que permite la realización de un tratamiento óptimo por su precisión y rapidez”, apunta Cambeiro.

Fuente: acta sanitaria