Tras más de una década sin avances, se ha convertido en un tratamiento esperanzador para los tumores de mama metastásicos.

El cáncer de mama es el enemigo más conocido por las mujeres. Aún es el tumor más frecuente en el sexo femenino, para el que existen numerosas armas eficaces para mantenerlo a raya. Pero a veces el diagnóstico llega tarde y el enemigo es difícil de acorralar. Hoy por hoy no existe cura cuando el tumor de mama se disemina y la metástasis atrapa el organismo. Esto no significa que la batalla esté perdida. Hay pacientes que viven más de 20 años con cáncer de mama metastásico con buenas condiciones de vida y el objetivo de oncólos y de la industria farmacéutica es mejorar la calidad de vida de las pacientes y añadirles años de supervivencia.

Las opciones para el tratamiento sistémico del cáncer de mama metastásico incluyen quimioterapia, terapia hormonal y terapias biológicas, en función del subtipo del tumor. La clasificación práctica del cáncer de mama es: triple negativo, HER2-Positivo y receptor hormonal positivo, conocido también con el acrónimo RH+/HER2-. Cada uno de ellos se maneja de forma diferente y cuentan con diferentes opciones.

Para el cáncer de mama triple negativo ha habido pocas novedades, pero sí para los otros. El fármaco de Pfizer se ha convertido en una opción esperanzadora para los tumores con receptores hormonales positivos tras más de diez años sin ningún avance considerable en las opciones terapéuticas disponibles.

El medicamento, tomado en cápsulas, ha ofrecido una mejora en la calidad de vida de estas pacientes que necesitaban nuevas opciones de tratamiento. Cuando el cáncer es incurable el objetivo es convertirlo en una enfermedad crónica y con un manejo sencillo. El tratamiento se asienta en tres pilares: controlar los síntomas, evitar la progresión de la enfermedad y ayudar a mantener una buena calidad de vida durante el mayor tiempo posible. Esto es lo que aporta Ibrance.

Investigación española

Los estudios clínicos Paloma 1 y Paloma 2, que han evaluado este medicamento como tratamiento de primera línea, han mostrado un incremento absoluto de la mediana de la supervivencia de mujeres con cáncer de mama metastásico frente a los tratamientos estándar.

Además, los médicos españoles han contribuido de manera fundamental a su desarrollo clínico. Ochenta y siete investigadores de 66 centros hospitalarios están participando en estudios en cáncer de mama metastásicos con palbociclib y se han reclutado más de 700 pacientes. Los principales grupos de investigación nacionales como son Geicam y Solti han participado en un amplio programa de ensayos clínicos. Esto junto con la puesta en marcha del programa de uso compasivo, está facilitando el tratamiento con palbociclib en las pacientes con metástasis y cáncer de mama.

La media de edad de las pacientes diagnosticadas con metástasis en el primer diagnóstico es de 65 años y en su mayoría son postmenopáusicas, mientras que las pacientes con estadio precoz al diagnóstico y posterior recaída a distancia de la enfermedad son más jóvenes, con una mediana de edad de 56 años, aunque siguen siendo también en su mayoría postmenopáusicas.

Fuente: ABC