Las células madre tumorales, que son las iniciadoras y promotoras del cáncer, tienen especial capacidad para escapar a los tratamientos habituales (quimioterapia y radioterapia). Generalmente, el tumor se inicia en una zona específica del cuerpo y prolifera, migra e invade otras regiones a partir de la división de estas células.
La radioterapia y la quimioterapia destruyen una parte de la masa tumoral, pero no eliminan por completo la población de células madre. Por ello, aun habiendo desaparecido gran parte del tumor, es posible que las células iniciadoras continúen su actividad y provoquen metástasis un tiempo después de recibir tratamientos.
La Asociación Estadounidense de Oncología Clínica estima que si el cáncer se encuentra solo en la mama, la tasa de supervivencia del paciente a cinco años suele ser del 99%. En cambio, si el origen del tumor se disemina y alcanza otros tejidos, esta tasa se reduce al 27%. Los casos de diseminación siguen siendo los más incontrolables.
Atacar en el origen
Frenar a estas células promotoras del tumor es la apuesta contra el cáncer de María Salazar (Madrid, 1982) y su equipo del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), quienes estrenan un proyecto para atacar directamente a las células madre del cáncer de mama despojándolas de sus ‘superpoderes’ malignos.
Las terapias convencionales, quimioterapia y radioterapia, están dirigidas a frenar la división celular. La terapia de diferenciación que nosotros pretendemos aplicar en este proyecto pretende madurar las células que son las responsables de la reaparición de la enfermedad tras unos años o las potenciales metástasis.
El mayor ‘superpoder’ de todas las células madre, sean cancerosas o no, es su alta capacidad para dividirse y transformarse en todos los tipos de células que forman cada órgano de nuestro organismo, desde un ojo hasta el corazón. Una vez han madurado y se han diferenciado para formar tejidos concretos, ya no se multiplican con tanta facilidad y rapidez.
Salazar y su equipo proponen provocar esta diferenciación en las células madre tumorales y la clave de su estrategia es lograrlo con la ayuda de un microRNA. Ya llevan más de cuatro años trabajando con estas pequeñas moléculas, pero en otro tipo de células madre, las embrionarias: “Sabemos que nos permiten controlar la expresión de un gran número de genes que son responsables de la maduración de las células madre”. Ahora quieren demostrar que este mecanismo también funciona con las células madre tumorales.
La investigadora insiste en que el objetivo de su iniciativa no es destruir la masa tumoral, sino mejorar la eficacia de la quimio y la radioterapia: “La terapia de diferenciación es complementaria a los tratamientos dirigidos a eliminar el tumor, que esperamos que de esta forma sean más eficientes”. Su intención es atacar al origen de la proliferación primero y, después, continuar con tratamientos convencionales. Por esta razón, la terapia de diferenciación está dedicada a los estadios iniciales del tumor.
Ahora, el equipo está desarrollando ensayos preclínicos en ratones para demostrar el efecto antitumoral y antimestastásico del microRNA. Si se confirman los resultados positivos, tratarán de probar el tratamiento con otros tipos de tumor. El objetivo final, si todo sale bien, será trasladar las pruebas a la clínica para tratar a pacientes.
El proyecto de María Salazar y su equipo ha sido titulado ‘Match point contra el cáncer de mama‘ y forma parte de la iniciativa de crowdfunding Precipita | Activando la ciencia colectiva de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT).
Fuente: La sexta
Fuente: Agencia sinc