¿Qué es la quimioterapia?
La quimioterapia es un tratamiento empleado en el tratamiento del cáncer. Consiste en emplear diversos fármacos para destruir células cancerígenas y reducir o eliminar completamente la enfermedad. Los medicamentos empleados son denominados antineoplásicos o quimioterápicos. Estos tienen efectos secundarios en mayor o menor medida por que actúan en las células malignas y en las sanas, indistintamente. Los tumores malignos se caracterizan por que sus células están alteradas, modificándose el mecanismo habitual de división, comenzando a dividirse descontroladamente e invadir y afectar los órganos vecinos y a distancia.
El tratamiento quimioterápico está destinado a eliminar a las células mientras están en proceso de división; cuanto mayor sea la velocidad de división de las células, más sensibles serán al tratamiento. Según Óscar Niño, oncólogo en el Servicio de Oncología del Hospital Universitario La Fe de Valencia, los diferentes agentes quimioterápicos actúan parando el ciclo de vida de las células en sus diferentes fases, generando un efecto cito-tóxico que frena la replicación celular y provoca la muerte de la célula. Conforme pasa el tiempo, el tumor disminuye de tamaño gracias al empleo de estos fármacos. En los casos de cáncer de mama, el tratamiento de quimioterapia se suele iniciar después de una intervención quirúrgica como tratamiento complementario, para prevenir metástasis.
Duración del tratamiento
Jaime Feliu, jefe de Oncología Médica del Hospital La Paz, de Madrid, confirma que la duración del tratamiento depende del tipo de cáncer que padezca el paciente y la medicación que se le suministre; también entra en juego si el cáncer está localizado, localmente avanzado o diseminado. Si está localmente avanzado se suele aplicar el tratamiento durante dos meses, después se suele operar y después se dan tres o cuatro meses más de quimioterapia. Si está diseminado, la quimioterapia se da mientras siga la enfermedad y el paciente lo tolere. La quimioterapia se suele administrar por vía intravenosa.
La terapia se suministra en varios ciclos combinados con periodos de descanso y su duración dependerá del medicamento empleado y del paciente. Para no pinchar repetidamente, se le implanta al paciente un dispositivo porta-cath o reservorio, que es un disco de metal o plástico redondo que se instala en una vena central con un calibre grueso, suministrando el medicamento directamente al torrente sanguíneo. Suele colocarse en sitios discretos como el tórax o el brazo. Este porta-cath será retirado cuando el paciente termine el tratamiento. Este reservorio se coloca en una intervención quirúrgica breve, generalmente con anestesia local.
Preparación previa del paciente
Estar bien nutrido es fundamental, además de evitar una serie de fármacos que pueden ocasionar efectos adversos en el organismo si se toman mientras se está sometiendo a un tratamiento de quimioterapia. Además es importante que el paciente entienda el tratamiento al que va a someterse, su duración aproximada y cuando tendrá lugar, “para que pueda modificar correctamente sus rutinas diarias y amoldarlas a las circunstancias”, asegura el jefe del Servicio de Oncología médica del Hospital Universitario Gregorio Marañón, de Madrid, Felipe Calvo.
Tipos de quimioterapia
La quimioterapia suele combinar además la cirugía y otras técnicas como la radioterapia, para poder abordar de esta manera la enfermedad con más eficacia. La terapia, puede presentar varias tipologías según varios factores, tal y como la clasifica la Sociedad Española de Oncología Médica:
Según la finalidad de la administración:
- Quimioterapia adyuvante: Suele administrarse después de un tratamiento principal, generalmente una intervención quirúrgica. Este procedimiento suele ser el habitual para tumores como el de mama o el cáncer de colon.
- Quimioterapia neoadyuvante: se administra antes del tratamiento principal de cirugía o radioterapia para evaluar los efectos de este tratamiento. Puede disminuir el estadio tumoral y mejorar los resultados de los tratamientos posteriores.
- Quimioterapia de inducción o conversión: Se usa antes de cualquier otro tratamiento de la enfermedad con el objetivo de conseguir que el tumor sea operable o reducir la cantidad de esta patología.
- Radioquimioterapia concomitante: se suele usar a la par que la radioterapia para aumentar los efectos de la radiación empleada y potenciarla.
- Quimioterapia paliativa: en pacientes que ya no vayan a ser intervenidos quirúrgicamente por la existencia de metástasis. En este caso la finalidad de la quimioterapia ya no es curativa sino reducir efectos de la patología.
Según el modo de administración:
- Monoterapia: se suministra un solo fármaco al paciente.
- Poliquimioterapia: Suelen administrarse varios fármacos con diferentes mecanismos de acción para reducir de este modo las cantidades de cada medicamento utilizado.
- Poliquimioterapia combinada: se administran dos fármacos de forma combinada.
- Poliquimioterapia secuencial: administrada al paciente de forma secuencial.
Según la vía de administración:
La quimioterapia se suele administrar por vía intravenosa. En ocasiones, para evitar tener que pinchar al paciente cada vez que se le suministra, se instala un mecanismo porta-cath. Se puede suministrar la quimioterapia al paciente vía oral, que no implica la reducción de la toxicidad. También se puede aplicar quimioterapia regional, que está indicada para aumentar la incidencia en un área determinada. Los tipos más comunes de quimioterapia regional son:
- Intracavitaria.
- Intraarterial.
Según el mecanismo de acción:
Pueden ser de dos tipos fundamentalmente:
- Citotóxicos.
- Citostáticos.
Efectos secundarios de la quimioterapia
Los fármacos utilizados en el tratamiento de quimioterapia se denominan agentes biológicos diana-específicos o target; estos actúan directamente sobre las proteínas y los mecanismos usados en el crecimiento de las células afectadas por el cáncer. Los efectos secundarios más frecuentes, según la Asociación Española contra el Cáncer, son:
1. Alteraciones en el aparato digestivo:
Se manifiestan en:
- Náuseas y vómitos. Aparecen habitualmente una o dos horas tras la administración del fármaco. Hay una serie de consejos para reducir estos efectos como dividir la comida en cantidades pequeñas, huir de olores desagradables, ingerir alimentos a temperatura ambiente o frescos, masticando y comiendo despacio. Se recomienda suprimir los alimentos ricos en grasas y descansar después de cada comida. El paciente debe acudir a la quimioterapia en ayunas dos horas antes.
- Diarrea: es un efecto secundario frecuente, debido a la alteración de células que componen el intestino. Estas dejan de absorber agua y nutrientes ocasionando diarrea. Se aconseja ayuno las primeras horas tras el comienzo de este síntoma y después, continuar con la ingesta lenta de líquidos. Es preferible cocinar los alimentos a la plancha o cocerlos, tratar de no ingerir mucha fibra y evitar las comidas pesadas que generen flatulencias.
- Estreñimiento: la quimioterapia, junto con la reducción de la actividad física y la variación en la alimentación, puede ocasionar este estreñimiento. Para tratar de reducirlo en la medida de lo posible se recomienda beber líquidos en abundancia, comer alimentos con mucha fibra, incluir en la rutina cotidiana algo de ejercicio físico y establecer un horario para acudir al baño.
2. Alteraciones en la percepción de los alimentos:
Se ocasiona por el daño del tratamiento sobre las papilas gustativas, que se traduce en una reducción del sabor de las comidas o percepción de un sabor amargo o metálico. Esta transformación suele ir acompañada de una falta de apetito y consecuentemente de peso.
3. Alteraciones de la médula ósea:
Se traduce en una disminución de los glóbulos rojos y desemboca en anemia. Para tratar de mejorar esta situación es aconsejable descansar correctamente, evitar grandes esfuerzos y llevar una dieta sana y equilibrada. También puede acarrear un descenso de los leucocitos, generando una inmunodepresión al paciente, aumentando los riesgos de contraer una infección. Para frenar este descenso, es habitual el uso de fármacos llamados estimulantes de colonias. A pesar de estos medicamentos, es conveniente mantener un hábito adecuado de higiene y extremar precauciones. Si el tratamiento afecta a la medula ósea, suele ir ligado con un descenso de las plaquetas y un incremento de la posibilidad de hemorragia.
4. Alteraciones del cabello, uñas y piel:
- Alopecia: la caída del cabello es una consecuencia bastante frecuente en tratamientos de quimioterapia. Suele caerse en varios ciclos, aunque también puede suceder en el primer ciclo.
- Cambios en las uñas, se oscurecen y se vuelven más frágiles.
- En la piel suelen aparecer picores, eritemas, descamación y sequedad. Para prevenirlos en la medida de lo posible, se recomienda evitar el uso de lociones con alcohol, exponerse a la luz solar y los baños con agua muy caliente, además de incorporar a la rutina diaria el uso de cremas hidratantes y mantener la piel limpia y seca.
5. Efectos en la fertilidad:
Según la Asociación Española Contra el Cáncer, la quimioterapia puede ocasionar, infertilidad en mujeres en edad reproductora. No todos los medicamentos citotóxicos empleados en quimioterapia afectan de la misma forma al aparato reproductor femenino y su función depende de la edad de la mujer. Cuanto más mayor sea la mujer, más posibilidades de que se adelante la menopausia. Tratamientos empleados como los hormonales con antiestrógenos, usados para combatir el cáncer de mama pueden llegar a inutilizar las funciones del ovario. La infertilidad también puede darse en hombres, ya que se da en un 25-30 por ciento de los casos en ambos sexos. En varones, la capacidad de producción de espermatozoides puede verse disminuida en algunos casos, generando infertilidad ocasional o permanente. Para las mujeres, hay alternativas para poder conservar la capacidad reproductora:
- Congelación del tejido ovárico en niñas.
- Congelación o vitrificación de óvulos.
- Congelación de embriones ya fecundados.
- Maduración de óvulos en el laboratorio.
Toxicidad en quimioterapia
A pesar de que los fármacos empleados en los tratamientos de quimioterapia son selectivos y actúan sobre las células tumorales, pueden ocasionar una toxicidad sobre el organismo que depende de diversos factores, como la cantidad de dosis empleada o la duración del tratamiento. La toxicidad, tal y como recoge la sociedad Española de Oncología Médica, se puede manifestar de varias formas y puede presentar algunos de los síntomas detallados antes:
1. Toxicidad en agentes anti-EGFR:
- Toxicidad dermatológica: es muy frecuente. La mitad de los pacientes sometidos a tratamientos de quimioterapia la padecen.
Suele manifestarse en forma de erupciones en la piel en más del 60 por ciento de los pacientes, la gravedad suele ser leve o moderada. Se suelen curar entre cuatro y seis semanas posteriores.
En pacientes de avanzada edad, es frecuente la sequedad cutánea tras someterse a la quimioterapia.
Entre el 10 y el 15 por ciento de los pacientes, presentan cambios ungueales (crecimiento lento de las uñas, fragilidad de estas y tendencia a romperse).
También son comunes el crecimiento lento del cuero cabelludo y la aparición de arañas vasculares e hiperpigmentación.
- Toxicidad gastrointestinal: Se debe al daño que sufre el intestino delgado y el colon. Este deterioro genera un exceso en la secreción de fluidos. Esta toxicidad se manifiesta especialmente en forma de diarrea.
- Reacciones de hipersensibilidad: aparecen especialmente en pacientes tratados con cetuximab.
- Hipomagnesemia.
- Toxicidad pulmonar: sucede en los primeros 90 días desde que se inicia el tratamiento con quimioterapia. Es una enfermedad pulmonar con una incidencia del uno o dos por ciento.
2. Toxicidad de agentes antiangiogénicos:
Puede tener como consecuencia efectos como:
- Hipertensión y eventos cardiovasculares (protenuria, tromboembolismo cardiovascular y cerebrovascular). Es un efecto habitual como consecuencia de los inhibidores de la angiogénesis.
- Hemorragia, puede haber dificultades en la cicatrización y complicaciones hemorrágicas por la inhibición de la angiogénesis.
- Perforación. Puede haber una perforación del intestino o del estómago que se presenta en forma de dolor agudo en el abdomen.
- Astenia, se manifiesta en forma de fatiga o cansancio, suele aparecer a partir de la segunda semana de tratamiento, aunque es normal que desaparezca durante el descanso de la quimioterapia.
- Hipertransaminasemia o elevación de las transaminasas.
- Complicaciones neurológicas como el síndrome de leucoencefalopatía .posterior reversible. Este síndrome suele estar asociado a la hipertensión.
- Síndrome de mano-pie es un enrojecimiento de la piel doloroso, aparecen normalmente tras la tercera semana de tratamiento.
- Cardiotoxicidad o toxicidad cardiaca, vinculada con la disfunción del ventrículo izquierdo.
- Hipotiriodismo, que se manifiesta a través de fatiga, estreñimiento, cambios en la piel y letargia.
Eficacia de la quimioterapia
“El tratamiento de quimioterapia es muy eficaz para tratar el cáncer en humanos cuando se utiliza de forma preventiva, cuando se utiliza para evitar metástasis y en pacientes de alto riesgo de enfermedad micrometastásica”, afirma el Jefe del servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario Gregorio Marañón, Felipe Calvo. Hay algunos tumores que, a pesar de que estén diseminados, se pueden llegar a curar con la quimioterapia como ocurre con los linfomas, los tumores de testículo o el cáncer de ovario germinal. Hay otros tumores que ya se han diseminado y que la quimioterapia lo que hace es inducir mejoría, en algunos casos para aumentar la posibilidad de operar el tumor y extraerlo.
En cuidados paliativos, este tratamiento busca básicamente tratar de ahorrarle sufrimientos a los enfermos de cáncer. Si el tumor está oprimiendo un nervio, logra que se reduzca el tamaño y genere menos dolor. Consigue paliar los síntomas que provoca como la fiebre o la reducción del apetito.
Tratamientos alternativos a la quimioterapia
La quimioterapia es un tipo de tratamiento farmacológico para tratar el cáncer, pero hay otros, que se aplicarán al paciente según el criterio del médico. La quimioterapia es una terapia que habitualmente se combina con otras para aumentar su eficacia, actualmente apenas existen indicaciones del uso de quimioterapia sin apoyo de otra terapia alternativa. Algunos de los más relevantes son:
- Terapia dirigida: enfocada a alteraciones moleculares concretas del cáncer.
- Hormonoterapia: eficaz para tumores hormonales como el de mama o el cáncer de próstata.
- Inmunoterapia: es un tipo de tratamiento para el cáncer que consiste básicamente en estimular las defensas naturales del organismo para que ataquen y destruyan el tumor.
- Radioterapia: es un tipo de tratamiento no farmacológico que consiste en el uso de electrones y radiación gamma para tratar de destruir las células tumorales con el fin de hacer desaparecer el cáncer o disminuir su tamaño.
- Cirugía: la quimioterapia ayuda a reducir el tamaño del tumor y hacerlo más fácil de operar. Muchas veces, la cirugía es la primera opción terapéutica y luego se complementa con la quimioterapia.