El diagnóstico precoz es el pilar fundamental en la lucha contra el cáncer de mama y este tipo de sustancias emiten una radiación que sigue a las células cancerosas.
En España se diagnostican alrededor de 25.000 casos de cáncer de mama al año. Se trata del tumor maligno con mayor prevalencia femenina, que según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), afecta a una de cada 10 mujeres en nuestro país.
En la lucha contra esta enfermedad, el diagnóstico precoz juega un papel importante. Así lo explica el doctor Pedro C. Lara, presidente de la Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR), quien considera el PET mamario, en este sentido, como la tecnología más puntera de los últimos tiempos, por su rapidez detectando el tumor.
No obstante, los ganglios linfáticos también cuentan con gran protagonismo en esta materia.Según el doctor, estos ayudan a determinar si las células cancerosas han adquirido la capacidad para diseminarse a otras partes del cuerpo. “Un ganglio linfático centinela es el primer ganglio linfático donde se asientan estas células cancerosas”, destaca.
Por este motivo, en el caso de la biopsia del ganglio centinela lo que se utiliza en un radiofármaco, es decir, una sustancia que emite una radiación. En palabras de Pedro Lara, “la sustancia se aplica en el tumor para seguirla y comprobar hasta dónde emigra”. Normalmente, el radiofármaco se desplaza hasta el primer ganglio linfático donde drenarían las células cancerígenas detectándose una zona que emite mayor radiación.
El presidente de la SEOR considera que se trata de una técnica muy positiva, ya que ha hecho posible que no haya que quitar todos los ganglios de la axila para saber si la enfermedad se ha salido del área local a los ganglios axilares. “Si el ganglio es negativo, significará que el resto de los ganglios son negativos; mientras que si es positivo entonces es cuando habrá que extirpar”, concluye.