El metabolismo lipídico típico de las células cancerígenas residuales podría ser una diana terapéutica para reducir la recurrencia en el cáncer de mama.
El cáncer de mama es, el tipo de cáncer más frecuentes en las mujeres de todo el mundo con más de 300.000 nuevos casos al año en Europa, en España 27.000 nuevos casos al año y aproximadamente 1 de cada 8-12 mujeres, tendrá un cáncer de mama. La tasa de mortalidad ha descendido desde 1990, sobre todo en mujeres jóvenes, aun así, es un tipo de cáncer que provoca cada año el deceso de más de 6.200 españolas, en la mayoría de los casos por la reaparición –o ‘recurrencia’– del tumor al cabo de varios años. Y es que en algunas ocasiones quedan un grupo de células malignas ‘residuales’ que, indistinguibles de las ‘sanas’, acabarán formando un nuevo tumor que resultará mucho más difícil de tratar. De ahí la importancia de un estudio llevado a cabo por investigadores del Laboratorio Europeo de Biología Molecular (EMBL) en Heidelberg (Alemania), en el que se identifican las características para diferenciar a las células residuales de las sanas y se abre la puerta al diseño de nuevas terapias para prevenir el cáncer de mama recurrente.
Como explica Martin Jechlinger, director de esta investigación publicada en la revista «The Journal of Clinical Investigation», «nuestros resultados sugieren que las células residuales retienen una ‘memoria oncogénica’ que puede ser aprovechada para el desarrollo de fármacos frente a los tumores de mama recurrentes».
Eliminar las células residuales
El problema es que, existe un grupo de células residuales que acabarán proliferando y formando un nuevo tumor. Pero, ¿por qué estas células residuales son tan difíciles de eliminar? Pues básicamente, porque no hay manera de distinguirlas de las células sanas hasta que no se ‘activan’ para causar el cáncer. En consecuencia, no se puede saber si una paciente experimentará o no una recurrencia y, de ser así, cuándo. O así ha sucedido, cuando menos, hasta ahora.
Para llevar a cabo el estudio, los autores emplearon ‘organoides’ o ‘estructuras organotípicas’ –esto es, cultivos de células que forman una estructura funcional similar a la del órgano original, en este caso la mama– creados a partir de células extraídas de modelos animales –ratones– con cáncer de mama. Y lo que hicieron fue analizar profusamente todas las células que sobrevivieron a los tratamientos –las células residuales– y compararlas con las obtenidas de animales sin la enfermedad.
Los resultados mostraron que, frente a las sanas, las células tumorales residuales presentan una alteración del metabolismo de los lípidos. Y asimismo, que como fruto de esta alteración lipídica tienen niveles elevados de unas moléculas denominadas ‘especies reactivas del oxígeno’. Un aspecto importante dado que es bien sabido que estas moléculas dañan el ADN celular, hasta el punto de que, como apuntan los autores, «creemos que este daño en el ADN es el que desencadena la reaparición del tumor».
Es más; identificadas las diferencias, los autores administraron moléculas dirigidas a contrarrestar estas alteraciones metabólicas en ratones con cáncer de mama. Y lo que vieron es que el número de recurrencias tumorales se redujo de forma muy significativa en estos animales.
Como refiere Martin Jechlinger, «en nuestro trabajo hemos hallado que las células residuales tienen características moleculares que las distinguen claramente del tejido mamario normal y que parecen ser la causa de la recurrencia. Y asimismo, que cuando tratamos estas características en modelos animales, sus tumores mostraron una menor tasa de reaparición».
¿Aplicable en humanos?
Y estas características de las células residuales del cáncer de mama en animales, ¿también son propias de los tumores humanos? Pues de acuerdo con los análisis llevados a cabo en muestras obtenidas de pacientes humanas con la enfermedad sí, lo que sugiere «que podrían ser útiles para investigar y tratar las recurrencias del cáncer de mama en los humanos», destacan los autores.
Como concluye Kristina Havas, co-autora de la investigación, «cada paciente es diferente y cada situación es única, pero nuestros resultados sugieren que el metabolismo lipídico se presenta como una diana terapéutica muy interesante para reducir la recurrencia en el cáncer de mama».
Fuente: ABC