El riesgo de cáncer de mama y/o de ovario está condicionado por el historial familiar y la localización de las mutaciones en los genes ‘BRCA1’ y ‘BRCA2’
En 2015 se diagnosticaron en nuestro país 27.747 nuevos casos de cáncer de mama y 3.228 de ovario. Dos tumores que, entre otras características comunes, comparten un factor de riesgo común: la presencia de mutaciones en una familia de genes supresores de tumores denominada ‘BRCA’ –siglas en lengua inglesa de ‘proteína de susceptibilidad al cáncer de mama’. Fundamentalmente, en los genes ‘BRCA1’ y ‘BRCA2’. Sin embargo, no todas las mujeres portadoras de alguno de estos genes tienen la misma probabilidad de desarrollar cáncer de mama y/o de ovario. Entonces, ¿hay alguna forma de saber cuál es el riesgo de cáncer que presenta una paciente concreta? Y es que de conocerlo, podrían tomarse medidas, y de forma mucho más precoz, para reducirlo. De ahí la importancia de un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), en el que se describe que el riesgo de una portadora de padecer cáncer de mama y/o de ovario puede determinarse a partir de su historial familiar y de la localización de las mutaciones en los genes ‘BRCA1’ y/o ‘BRCA2’.
Como explica Douglas Easton, co-autor de esta investigación publicada en la revista «JAMA», «nuestros resultados muestran por primera vez y de forma clara en un estudio prospectivo que el riesgo de cáncer de las mujeres con mutaciones en ‘BRCA1’ y ‘BRCA2’ depende de la localización de la mutación y de la presencia de casos de cáncer entre las mujeres de sus familias».
La aparición de un cáncer es la consecuencia de la combinación de distintos factores genéticos y ambientales. Sin embargo, y si bien en la mayoría de tumores hay multitud de genes que contribuyen de una forma nimia a su desarrollo, en el caso del cáncer de mama y de ovario la probabilidad se encuentra condicionada por las mutaciones en dos genes particulares: ‘BRCA1’ y ‘BRCA2’. Tal es así que en los últimos años se han llevado a cabo numerosas investigaciones para establecer su influencia en este riesgo. El problema es que la mayoría de estudios han sido del tipo ‘retrospectivo’, es decir, en los que las pacientes ya habían desarrollado el tumor, lo que da lugar a que los resultados puedan ser interpretados de muy diferentes formas. Y en el caso de los estudios denominados ‘prospectivos’, esto es, en el que se evalúa el riesgo futuro de mujeres que no tienen cáncer, el número de participantes ha sido mínimo –el más grande contó con únicamente 64 participantes que acabaron padeciendo el tumor.
En el nuevo estudio, los autores siguieron durante un promedio de más de cinco años la evolución de 6.036 mujeres portadoras de mutaciones en el gen ‘BRCA1’ y de 3.820 portadoras de alteraciones en el gen ‘BRCA2’. Es decir, contaron con un total de 9.856 participantes, 5.046 de las cuales no padecían cáncer y 4.810 ya habían desarrollado un tumor de mama, un tumor de ovario, o ambos en el momento de su reclutamiento.
Concluido el estudio, 426 mujeres fueron diagnosticadas de un nuevo tumor en la mama, 109 de un nuevo cáncer de ovario y 245 de cáncer de mama contralateral –esto es, en el que el tumor se presenta en la mama distinta del tumor original.
Los resultados mostraron que, antes de cumplir los 80 años, el 72% de las mujeres portadoras de una mutación en el gen ‘BRCA1’ y el 69% con mutaciones en el gen ‘BRCA2’ desarrollarán cáncer de mama. Unos porcentajes que, en el caso del cáncer de ovario, se establecen en el 44% para las portadoras de mutaciones en el gen ‘BRCA1’ y en el 17% para aquellas con mutaciones en el gen ‘BRCA2’.
Asimismo, los resultados también muestran que el riesgo de cáncer de mama aumenta de forma rápida entre las edades de 30 y 40 años para las portadoras de mutaciones en el gen ‘BRCA1’ y entre los 40 y los 50 años en las portadoras de un gen ‘BRCA2’ defectuoso, permaneciendo estos riesgos constantes una vez superadas las edades referidas; y que transcurridos 20 años desde el diagnóstico de un primer tumor en la mama, el riesgo de cáncer contralateral se establece en el 40% para las portadoras de mutaciones en el gen ‘BRCA1’ y en el 26% para aquellas con mutaciones en ‘BRCA2’.
Sin embargo, el riesgo de cada portadora de padecer cáncer de mama y/o de ovario dependerá, tal y como revelan los resultados, de dos factores: de la localización de la mutación dentro del gen; y del historial familiar –por ejemplo, y en el caso del cáncer de mama, cuanto mayor sea la proximidad de una pariente con el tumor en el árbol genealógico, mayor será el riesgo.
Implicaciones clínicas
En definitiva, como refiere Antonis Antoniou, director de la investigación, «en nuestro estudio hemos sido capaces de obtener las estimaciones más precisas obtenidas hasta la fecha de los riesgos de cáncer de mama y de ovario específicos de la edad. Un hallazgo que deberá mejorar las recomendaciones y el abordaje clínico de las mujeres portadoras de mutaciones en los genes ‘BRCA1’ y ‘BRCA2’».
Y es que como destacan los autores, poder establecer el riesgo de cáncer que tendrá una mujer a una edad determinada permitirá identificar qué medidas deben tomarse –entre otras, la toma de fármacos, la adopción de hábitos de vida y, llegado el caso, la cirugía– en cada caso para reducir este riesgo.
Como concluye Gareth Evans, co-autor de la investigación, «ahora que ya comprendemos con más claridad los riesgos que afrontan las mujeres que portan estos defectos genéticos, estamos en mejor posición para aconsejarlas. Además, nuestros resultados también tienen implicaciones prácticas para las decisiones clínicas, caso por ejemplo del momento en que llevar a cabo la cirugía para reducir el riesgo de cáncer. Estas decisiones suelen tomarse en torno a la edad fértil, pero algunas mujeres con bajo riesgo podrían optar por retrasar la cirugía hasta haber completado sus familias».
Fuente: ABC