El cáncer es una enfermedad que afecta a toda la familia, a los amigos y al entorno laboral. Cuando el médico, contando con nuestra colaboración, tome la decisión sobre el tratamiento que debemos seguir y nos explique los cambios que comportará esta nueva situación, es importante comunicarlo.
El miedo o desconocimiento sobre la enfermedad una vez diagnosticada puede afectar a las personas que nos rodean. Este temor puede ser contagioso y generar miedos irreales, que suelen ser los que producen más ansiedad.
Es bueno que podamos compartir nuestra enfermedad con las personas que nos rodean, y es necesario que éstas sepan cómo el diagnóstico y los tratamientos están alterando nuestro estado de ánimo y nuestras actividades diarias. Por ello, la familia debe escuchar, sin reproches y sin vanas esperanzas, tanto nuestras emociones como nuestros miedos. Es bueno que, con su ayuda, los cambios sean mínimos y la vida continúe su cauce normal.
El apoyo psicológico de la familia es importante, ya que ésta desempeñará un papel clave en cómo se adaptará la paciente a la enfermedad y cómo afrontará el tratamiento. Mientras muchas pacientes y familias se irán adaptando por sí mismas, aunque con esfuerzo, a los cambios que la enfermedad supone, otras requerirán ayuda terapéutica.
Aceptación del propio cuerpo
La mama es una parte del cuerpo que tiene gran significado en relación con los sentimientos de feminidad, desde el aspecto sexual al de la maternidad.
Frecuentemente, las mujeres que sufren una mastectomía reconocen sentirse “mutiladas”, infelices y tristes, con menos atractivo y con un descenso de la autoestima. Las afecta hasta el punto que temen desnudarse ante el espejo o en un lugar público como un gimnasio. Incluso puede condicionar el uso de determinada lencería, trajes de baño o escotes, lo que coarta sus gustos y su bienestar.
Además, la relación con la pareja puede verse afectada.
Conviene tener presente que, una vez practicada la reconstrucción mamaria, en la mayoría de los casos sólo se aprecia una cicatriz en el pecho. El aspecto externo es impecable, incluso con ropa escotada o ceñida, ya que se consigue reproducir una mama de aspecto muy natural y muy similar a la otra.
La reconstrucción mamaria proporciona a la mujer mastectomizada una mejoría estética, pero también emocional. La repercusión positiva en la mujer aumenta la confianza en sí misma y eleva su autoestima, lo que le permite aceptar su propio cuerpo y la nueva situación y la anima a emprender una nueva etapa.
Fuente: Roche Pacientes